miércoles, 21 de octubre de 2009

Culpas Compartidas

El SME no se robó nada. Faltan en el cuadro la corrupción y la conveniencia con que los gobiernos priistas y panistas fueron tolerando la improductividad de Luz y Fuerza. Están los datos de los privilegios de los líderes del sindicato, pero falta decir que éstos eran conocidos, soportados y permitidos por los gobiernos federales.

La culpa es compartida.

En su tiempo, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) estuvo a la vanguardia sindical, y fue el primero en firmar un contrato por normas de trabajo, protegiendo así a los empleados de Luz y Fuerza.

Al pasar los años, aquella organización moderna protectora del obrero, terminó siendo un sindicato caro, poco eficiente y conservador. Sólo hay que citar los números rojos en que se encontraba la empresa de electricidad para probarlo.

Pero, insisto, esa metamorfosis fue solapada por el gobierno. Y finalmente, ante el problema, fue más fácil desaparecer la compañía que cambiar las conductas cómplices de ambas partes.

A todo esto hay que agregar que lo sucedido en el SME y sus privilegios permitidos por el gobierno, ocurre en otros sindicatos públicos mexicanos. Si no, pregúntele a Elba Esther Gordillo y a Carlos Romero Deschamps.

Entonces ¿por qué el SME? Por varios motivos. Porque era justificable desde hacía mucho tiempo. Los 43 mil millones de pesos anuales de subsidio eran suficiente motivo para liquidar la empresa.

Por la coyuntura. Porque el SME se puso de pechito con la ilegitimidad de sus elecciones internas y Felipe Calderón aprovechó el momento para tomar una decisión que le devolviera un poco de autoridad después de varias derrotas en otros asuntos.

Porque se trata de un sindicato poderoso simpatizante de López Obrador, lo que coloca al Presidente en una posición ventajosa ante su rival de siempre.

Porque, probablemente, hay un negocio interesante escondido detrás de la fibra óptica. Tal vez exista, pero no me atrevo a asegurar que esa sea la causa central de dejar sin empleo a miles de electricistas de Luz y Fuerza.

Y ¿por qué no Elba Esther? Porque, aunque no sepa el nombre correcto de la Influenza AH1N1, es su aliada y se sienta junto a él en el poder. ¿Y el sindicato de Pemex? Porque se necesita mucho más que un madruguete en una noche de sábado para pelear con Deschamps.

Así que, si algo podemos sacar de esta página en la historia del país, es que el mal sindicalismo mexicano es también culpa del gobierno. Si Martín Esparza tenía un rancho de dimensiones y características exorbitantes no es porque se lo robó. Es porque así se le permitió. Y si Felipe Calderón optó por borrar a Luz y Fuerza, es porque esto fue más fácil que sentarse a platicar y resolver el tema…y porque le convenía, claro está.

jueves, 15 de octubre de 2009

Tengo 22 años de experiencia. En la vida, me refiero. ¿Trabajando? Sólo dos. ¿Escribiendo un blog? No sé. Hoy empiezo y es 15 de octubre de 2009. 5:15 p.m. Haz la cuenta.

Sí, soy novato; pero a los 22 años de edad uno ya tiene una que otra idea, muchas preguntas y más ganas de expresarlas. Actualmente la población de jóvenes en México de entre 15 y 24 años asciende a 20 millones. Casi una quinta parte de la población total del país. Y todos, de eso estoy seguro, tenemos algo que decir.

Tal vez no sea necesariamente interesante, pero no por eso queremos dejar de decirlo. He aquí un espacio para hacerlo.

Hablemos de lo que nos importa a los de 22. O a los de unos años más, o unos menos. No importa, pero hablemos.